Los estudiantes de la URJC afectados por la crisis de Orizonia aseguran que su caso no fue alarmante

El grupo de Fisioterapia
Fuenlabrada | Jesús Vicente.- "Al fin y al cabo no hemos salido muy mal parados", así explica su viaje de 'ecuador' de la carrera a la Riviera Maya (México) el estudiante de Fisioterapia de la Universidad Rey Juan Carlos David de Frutos. Él junto a sus 33 compañeros son algunos de las miles de personas que se vieron afectadas por el cese de actividades de la empresa con la que habían contratado estas vacaciones, Orizonia. La falta de información por parte de la agencia de viajes Vibo Viajes ha sido una de las quejas dominantes de este grupo. "En la última reunión nos dijeron que no nos preocupáramos, que su trabajo se iba a extender también en México, y no hemos sabido nada de ellos ni durante el viaje ni después", explica de Frutos.

Los alumnos comenzaron su viaje el día 9 de febrero y regresaron a su hogar el día previsto, el 16 de este mismo mes. Los problemas empezaron cuando la aventura llegaba a su fin. El grupo de fisioterapia, que se alojaba en el hotel Catalonia Yucatán Beach, en México, llegó el viernes 15 al complejo a las 18.30 horas tras una excursión que tenía contratada a Isla Mujeres. En la recepción del hotel se encontraron una reunión improvisada para informar a los huéspedes de la situación.

"Cuando llegamos, todo era un caos. Algunos hablaban por el móvil con sus familias y otros comentaban que se pedía dinero para poder salir del complejo". Sin embargo, la situación de estos estudiantes fue diferente. "El hotel se portó genial con nosotros aunque también es verdad que llegamos al final", destaca la estudiante Teresa Vigara Lucas.

El personal del establecimiento permitió a los alumnos de la URJC pasar su última noche, a pesar de que Orizonia no había cumplido sus compromisos, puesto que estos volvían el día siguiente a España. Los padres del grupo de Fisioterapia, tras conocer las informaciones de los medios españoles, se pusieron en contacto con ellos para comprobar su situación y facilitarles dinero, aunque admiten haberse quedado "sorprendidos" ante el nerviosismo desatado. Afirma la estudiante de Fisioterapia María Teresa Sánchez Rodríguez que se despertó una "alarma social para lo que realmente sucedió con nosotros".

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